lunes, 30 de noviembre de 2009






Al Amor

Te escribo porque tu nombre tan chiquito
mueve al mundo esa palabrita mágica
se entreteje en toda la extensión de la vida
para que esta pueda realizarse.
Es la palabra del misterio, del poder,
de los sueños, de los heroísmos y de los milagros.
Ponme sol en la piel y vuelo en la sonrisa
derríteme las espinas y levántame los gajos
Lléname de tierra buena esas puntas de raíces
secas que me salen a veces.
Y trénzame a tu vida, aunque anudarme sea dolor
Si me derramo, me sentiré débil, lejana, desprotegida.
Seré cántaro sin medida, gaviota sin vuelo,
flor al viento sin raíz.
Andaré suelta, resbalándome entre lágrimas.
Me romperé como la ola, en días sin sentido
y noches de vacío.
Siémbrame en lo mejor de tu vida
envuélveme en el manto de tu ternura, cubierta por tu amor quiero jugarme la vida.
Como una promesa, como un gorrión
que vive entre tus manos y cuando lo
calientas se estremece y canta.
Canta a la vida porque conoció el Amor.


Autora: Zenaida Bacardí de Argamasilla
Libro: Cartas para una vida

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